miércoles, 10 de marzo de 2010

Salvar los mezquites de Aguascalientes

Hijos del desierto

En problemas el mezquite, árbol emblemático de Aguascalientes

texto por Miguel Ángel Torres

Libier Olmos Nieves, una joven de 20 años, estudiante universitaria, ha estado recopilando firmas de sus compañeros y vecinos de la Colonia Villerías como parte de la consulta pública emprendida por SOS mezquitera La Pona A.C. y el gobierno municipal de Aguascalientes para lograr que el más importante bosque urbano de esa especie sea decretada área natural protegida. Como ella, decenas de estudiantes, oficinistas, comerciantes, choferes, profesores y maestras realizan esta tarea, convencidos de que la preservación de las poco más de 32 hectáreas que sobreviven al salvaje crecimiento urbano, deben ser salvadas para fines de salud pública y ambiental.

Las amenazas

Son ya más de 10 años de lucha continua desde que diversas organizaciones ambientales y personas preocupadas por la calidad del entorno iniciaron la tarea de rescatar la mezquitera y evitar que los inversionistas del ramo inmobiliario (actuales propietarios del predio) la destinen a alojar viviendas y centros comerciales, con lo que prácticamente desaparecería del mapa con los actuales atributos ambientales.

Otras amenazas que enfrenta el lugar son el saqueo de tierra, troncos y ramas (para, por ejemplo, las rosticerías y restaurantes de pescados), fauna menor por parte de cazadores furtivos de aves, incendios provocados, depósitos de cascajo y basura. Pero las relaciones políticas de la industria de la construcción con los gobernantes de los dos palacios es la mayor.

Las bondades

El mezquite representa la especie más abundante en el sitio, con 78% del total de árboles contabilizados (según el censo realizado por el gobierno municipal con ayuda de otros organismos especializados). Algunos de ellos tienen alrededor de 12 metros de altura, con un ancho de copa de hasta 2.12 metros y entre 100 y 200 años edad.

Entre los servicios ambientales que ofrece este bosque a la población destacan: mitiga los efectos del calentamiento global; amortigua el ruido; retiene polvo y partículas suspendidas; es zona de recarga del acuífero; propicia mayor evaporación y, por lo tanto, lluvias; previene inundaciones porque es una zona de control de avenidas; captura bióxido de carbono y genera oxígeno; es una zona de regulación térmica; hábitat de fauna silvestre, en especial aves (hasta el momento se puede mencionar la presencia de 43 especies) y es un reservorio genético. Es aquí donde el arroyo Don Pascual se introduce al subsuelo, funcionando como fuente de recarga natural del acuífero del Valle de Aguascalientes.

Su valor paisajístico es de una gran riqueza, aunque en los años que corren este factor es poco apreciado. Su superficie boscosa atenúa el homogéneo paisaje de concreto de la ciudad y tiene un alto valor como sitio recreativo y educativo, a través de actividades amigables con el entorno.

SOS mezquitera La Pona considera que, una vez preservado, el terreno es idóneo para realizar caminatas al aire libre, observación de aves, senderos interpretativos, programas de educación ambiental, laboratorio vivo para estudiantes de nivel medio y superior, vivero para la propagación de mezquites, exposiciones temporales, conciertos y creación de espacios para la convivencia de adultos mayores. Más aún, el del cursor estima que podría convertirse en el Centro Nacional del Mezquite, polo de investigación, aprovechamiento y desarrollo del árbol del que se pueden derivar mejores ejemplares, forrajes, alimentos, miel, usos medicinales y refugio de fauna, entre otros, para su diseminación en el semidesierto mexicano.

Además de la persistencia durante una década de una docena de organizaciones civiles y ciudadanos, deben reconocerse los esfuerzos de la actual administración municipal para llegar a este momento en que se realiza la consulta, cuyos resultados favorables —en unos cuantos días se han recabado alrededor de 4 mil firmas­­— impulsarían al cabildo a enviar el decreto de área natural protegida al gobierno del estado para su publicación en el diario oficial.

Los anteriores intentos por salvar al bosque fracasaron ya que los propietarios del terreno se ampararon y echaron atrás el proceso. Ahora, se pretende llegar a un acuerdo que vislumbra la expropiación o el trueque por otros terrenos, brecha en la que es imprescindible la participación del gobierno del estado y de inversionistas con sentido social para cristalizar el desarrollo ecológico de la zona.


Cruzada contra el mezquite

El caso de La Pona es sólo uno de las incontables agresiones que sufre el mezquite, ya que en las zonas rurales es devastado: en Peñuelas fueron derribados miles para construir el alguna vez llamado Plan Estratégico Sur que incluye en sus planes autódromo, campo de golf, centro financiero, área habitacional y comercial. En la Isla San Marcos, más de lo mismo pues se cambian mezquites por palmeras. Todos estos proyectos de destrucción en aras del crecimiento cuentan con el permiso simulado de los gobiernos en turno, incluidos los poderes legislativo y judicial.

Aguascalientes jamás ha contado con una política ambiental (bueno, ni industrial, ni social, ni agrícola) y, por lo visto, es el primer lugar entre los estados ni ni. Pero esto tiene que cambiar ya mediante la participación de la sociedad porque está demostrado que los políticos, partidos y gobernantes carecen de sentido social y de servicio; peor aún, desconocen la esencia de la materia o disciplina en que se desempeñan como personas públicas y los resultados están a la vista.

¿Cómo lograrlo? Esa es la tarea.

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